Mi tía Emiliana vivia en Madrid. Pero los veranos se iba a Guadalupe donde tenía una casa y yo me marchaba muchas veces con ella, para que me madre tuviera más tiempo para las niñas.
El director general de los frailes del monasterio era su primo hermano y estaba bastante enfermo. Muchas tardes ibamos a visitarlo y mientras ella y su primo charlaban, yo corría por todos los sitios privados del monasterios: los pasillos de las habitaciones, los patios interiores, la biblioteca, las cocinas…Me portaba muy bien, nunca les molestaba, yo a mis cosas. Menuda pilla se me ve.