La cosa es que yo, nunca pensé en casarme, ni en tener hijos. Nada de nada. Pero… llegó un momento de mi vida que me encontraba algo vacía: trabaja, ganaba dinero, pero no sabía en qué gastármelo o para qué seguir trabajando. Estaba en ese punto de vida, cuando conocí a Moris: dulce, sensible, amable, amoroso…me enamoré.
Ya me había enamorado alguna vez antes, pero esto fue diferente. Sabía con certeza que me casaría con él y que si tenía hijos, sería con él. ¿Cosas del destino? No lo sé, lo que sí sé es que durante el tiempo que nos amamos, fue total. Nadie me ha amado de esa forma. Tengo que hacer justicia. Esa es la verdad. Así es. Y todo lo demás, mejor lo dejamos 😉
Esta foto me la hizo la que sería mi madrina: Francis Moro Toro (me hacen gracia los apellidos jajajaja). A la que no he vuelto a ver por más que la he buscado.
El coche, no fue un descapotable, era el de Viki y Antonio, un seat de segunda o tercera mano. ¡Pero a mí me parecía todo tan bonitoooo!
La única foto que me queda de los dos juntos, es esta de la boda. No es la original del reportaje, es una mala copia que tenía mi madre. Pero esto es lo que hay jajaja
Nos casamos en el Monasterio de Guadalupe,si nos bendecía la virgen, sería para toda la vida jajjajajaja
No teníamos dinero, mi vestido es de una tienda normal. Menos mal que aquél año se llevaba el blanco. Lo más caro es la chaqueta y un traje que conseguimos barato, barato, para el novio.
Y mirad la madrina, ella si que es total jajaja
Moris, en su último acto de amor, cuando nos separamos, rompió todas las fotos del albun, donde aparecía él. Por eso no tengo más que estas. La verdad, estoy radiante.
Las florecitas en el pelo, son estupendas. Toque artistico que se nos ocurrió.
Y esta, menos mal que se salvó: mi padre y Viky, guapísimos. Entonces se permitía fumar dentro de los locales.