Cuando los niños estaban en el colegio de México, junto a casa, la fiesta más importante era la de la llegada de los reyes magos. Mucha gente participaba y había para cada niño muchísimos juguete. En la foto, Angélica, con su gran bolsa de regalos jajajaa era estupendo. Luego llamábamos a María y Alejandra, sus primas y se repartían todos los regalos. ¡Realmente era estupendo!
El cariño que las monjas de ese colegio ofrecían a los niños, era especial. Y los cuatro hermanos, eran cuidados con especial esmero, siendo privilegiados por la amistad que yo tenía con las hermanas; sobre todo con la directora, a la que siempre estaré agradecida.