La vida en Pradorrey tenía, a demás de todo lo aprendido el primer año, muchas otras aventuras maravillosas que nos encantaba vivir.Despué de pasar el primer invierno, ya nos parecía normal todo jajaja. Los lobos ya eran como amigos, venían cerca de la casa, cogían una oveja, se peleaban con los mastines entre las escobas…cosas, normales jajajja
Por entonces, ya teníamos como nuestro, una pequeña colección de animales de compañía: Congo, un perrito que nos regalaron con sólo unos días y al que criamos a biberón. La especialista era Belén que incluso se levantaba cada cuatro horas para darle su toma.
Luego, llegó un patito chiquitín que comenzó a crecer y crecer… Se hizo muy amigo de Congo y dormían en la misma cestita. Congo, pensaba que era su mamá también y mamaba de una de sus alas para quedarse dormido.
Teníamos también, una gatita preciosa, que terminaba siempre echando a todos de la cesta y quedándosela sólo para ella. A ver si consigo alguna foto de los tres metidos en la cesta, era super gracioso. Además un pollito, que Salvador intentó enseñar a nadar…pero no lo consiguió. Fue el primero en dejarnos 😉
Algunos fin de semana, nos marchábamos a pasar el día en el pantano de Bárcenas, que está genial y tiene un lodo estupendo. Domingo se resistía un poco a dejar a sus ovejas, pero luego se lo pasaba estupendamente!
En esta foto, le vemos nadando. Y por detrás, está Salvador con su patito, al que está enseñando a nadar. El patito, pensaba que Salvi era su mami y le seguía a todas partes. Jajajajaa
Angélica, amante del agua y el barro desde que nació, encotró un lugar super estupendo para disfrutar del sol, haciendo de las suyas. Belén y Miri, jugaban a pasar buceando por debajo el arco de un puente que estaba sumergido y Salvi, cuando se cansaba el patito, lo cogía para que descansara jajaja ¡Que familia!
Así, de esta guisa, se pasó Anyel todo el día: me meto al agua, me lavo…salgo del agua, me revuelco en el lodo… Bueno total, que al llegar la hora de comer, ¡todo estaba riquísimo!.
Otro de los días que salimos con Domingo a descubrir lugares, nos fuimos a Las Médulas. Nos encantaron. Aún estaban bastante salvajes y cada cual se apañaba para subir o bajar de los túneles.
por supuesto, la primera que probaba todo, era Angélica:
Que pena que no tenga más fotos de aquellos meses, fueron estupendos. Aunque, Congo murió después de su primer folleteo con una perrita. El pato se puso tan gordo que no podía caminar y se lo llevaron las águilas… la gatita se marchó con un enamorado… ¡Fin de nuestra granja particular!
Luego el tiempo siguió pasando y hacían un poquito de todo, que el vierno era largo en Pradorrey: Anyel posando en la leñera. Y, según ellos, Salva y Anyel vestidos de huerto. jajaja.