Cuando fueron cogiendo sabor a las praderas de Pradorey y sus alrededores, comenzaron ellas solitas a hacer excursiones y caminatas por ahí, para disfrutar de todo lo nuevo que había entrado en sus vidas. En esta foto: Míriam que tenía el pelo larguísimo, Belén con una amiga y Anyel que le encantaba todo y que no se quedaba atrás nunca.