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Los días en “la raña” se pasaban muy rápido, pero que muy rápido.
Estaba atareada porque tenía muchas cosas que hacer.
Había ido descubriendo muchos bichitos diferentes que estaban por la sombra del roble donde siempre jugaba:
Los “cura curatos” negros y amarillos, eran muy tontos y nunca hacían lo que les mandaba.
Había escarabajos peloteros que siempre andaban dando vueltas a una pelotita más grande que ellos y “langostos” gigantes, que saltaban muy alto (aunque si se les quitaba un ala, ya no tanto).
Y en una piedra gorda, había un sapo que algunas veces salía. Lo tenía vigilado por si se marchaba a otro sitio.
La abuela tenía mucho trabajo, nunca paraba. Yo la ayudaba mucho.
En la pila de lavar la ropa, la que estaba bajo la higuera grande, había puesto una piedra igual que la suya, pero más pequeña, para que yo lavase la ropa y aprendiera “a ser una mujercita”.
Me gustaba lavar la ropa, porque cuando hacía mucho calor, la abuela me dejaba meterme en la pila y quedarme un rato en el agua.
Los tíos andaban arando “las jazas” para sembrar el trigo y las sandías. Cuando venían por la tarde, me subían un poquito en los mulos y alguna vez, yo solita, los llevaba por delante de la puerta.
El abuelo, estaba haciendo una “hortera” para el gazpacho. La hacía con su navaja, cuando las ovejas estaban tranquilas.
Si me llevaba con él, yo le cuidaba las ovejas para que él no se levantara y la hiciera más rápido. Pero el perro carea, no quería hacer lo que le mandaba:
– ¡A por esa! -Le decía yo-. Pero nada, él no se movía de la sombra… ¡era muy tonto!
Después, venía la abuela y nos íbamos a casa.
– Abuela, mañana ¿qué vamos a hacer? Le preguntaba yo.
Y la abuela siempre decía:
– A dormir. Mañana ya lo veremos.
Antes de dormirme, oí que el abuelo decía:
– ¡Esta niña está aprendiendo mucho!
Y se reía con la abuela…
3 Comments
✍ Vero dijo…
Que lindaaaaa historia, siempre soñe con arriar animales, es una envidia tu niñez, yo de niña era un poco revoltosa, seguro habria apretado ese sapo hasta reventarlo jajaja.
Un Beso
p.d. gracias por tener una sillita para mi, adoro venir por estos lados.
23 de marzo de 2007 6:50
✍ pancha dijo…
cada vez que leo tus historias me dejan una sensación tan calientita en el corazón! besos!
25 de marzo de 2007 11:28
✍ Mari Carmen dijo…
He conocido tus blogs deambulando por la “casa” de landahlauts, y me han gustado mucho tus historias. Vendré a visitarte con frecuencia
Saludos,
27 de marzo de 2007 3:03
✍ Mari Carmen dijo…
Leyéndote -las jazas, la hortera para el gazpacho- me has recordardo mi infancia en ese pueblito cordobés, el pueblo de mi familia paterna, al que tanto quiero. Y no he podido evitar sonreir
Un abrazo,
27 de marzo de 2007 3:06
✍ gonzalo dijo…
me inquieta tu abuelita.
28 de marzo de 2007 9:27
✍ Julia Ardón dijo…
qué lindo que lo contás, qué lindo que lo recordás.
28 de marzo de 2007 21:38
✍ Celeste dijo…
Gonzalo, tranquilo…mi abuelita nunca fue el lobo.
A todos: GRACIAS. No sabéis cuanto significan para mí vuestras amables y dulces palabras.
29 de marzo de 2007 6:35
✍ Erika Contreras dijo…
Vivir y aprender de los abuelos es una experinecia lejana para mayoría. Gracias por compartir la tuya.
saludos 29 de marzo de 2007 13:23
✍ ka! dijo…
Linda, sin apresuramientos…viviendo la día al día y sin necesidad de agendas y de todas esas cosas que hacen de nuestro día a día un martirio…
bien vale estar aquí..un abrazo. 29 de marzo de 2007 15:21
✍ Lety dijo…
Sigue querida Celeste, sigue con estos hermosos cuadros, dignos de colocarlos sobre el hogar, ahí donde el corazón se calienta
Te dejo mi cariño
30 de marzo de 2007 13:04
✍ MORGANA dijo…
Querida Celeste, no tengo puesto mi direccion de correo en el blog,
tu comentario acerca que te gustaba rumi si lo tengo publicado, me llegó, el lunes te escribo a tu correo si?
Muchos besos y buen finde.
30 de marzo de 2007 13:40
✍ margarita dijo…
Que linads historias, se pueden “vivir”. Y muy bien documentadas con fotos.
Saludos
6 de mayo de 2007 20:24
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?
La página está corrigiendo cosas, en cuanto termine, estará todo libre y podrás acceder a ello. Gracias por esperar. Cuento contigo.