Necesitamos:
Un puñadito de Hipérico, menta, Romero y aceite vegetal
Modo de hacerlo:
Preparar las plantas una vez limpias, quitando las ramitas o partes más duras, dejando sólo las hojitas. Machacarlas ligeramente para que se rompan las cutículas exteriores y pueda desprender bien todo su jugo. Colocarlas en un tarro de boca ancha, de algo más de medio litro de capacidad. Añadir sobre ellas el aceite que necesitemos hasta llenar el tarro. El aceite tiene que estar caliente, pero no hirviendo que las quemaría; sólo caliente.
Tapar herméticamente el tarro. Dejar que esto repose al menos quince días., en un lugar oscuro y templado, por ejemplo nuestra despensa. Cada dos o tres días habrá que mover el frasco y cambiarlo de arriba abajo.
A los quince días se puede colar con una tela de algodón, exprimiendo bien todo el contenido. Nos quedará de color porque habrá absorbido gran parte de los jugos de las plantas. Se colará sólo una parte para llenar un tarro pequeño. Añadir más aceite y dejar que repose de nuevo, para coger más.
Sólo untarse bien las manos y extenderlo sobre la zona con un movimiento suave pero que dure varios minutos para que la zona se vaya relajando.