Una de las recetas más fáciles de hacer y a la vez más útil en casa, es sin duda, el alcohol de romero.
Dando friegas con él en las articulaciones doloridas, se obtiene alivio momentáneo, porque activa la circulación periférica y quita la inflamación. Es vasodilatador, lo que hace que sus principios activos, pasen a través de la piel, procurando una pronta mejoría y gran alivio.
El romero es un gran antiséptico sobre las heridas y sobre todo, al dar calor, sirve para calmar las zonas dañadas por golpes o cuando se tiene dolor articular.
Necesitaremos:
Un puñado de romero al que habremos quitado las partes leñosas, dejando sólo sus hojitas.
Un frasco de alcohol de 250 ml. Un bote de crista grande, con tapa hermética. Un mortero.
Modo de hacerlo:
Poner las hojitas de romero en el mortero e ir machacándolas poco a poco para partir su exterior. Colocar en el frasco de cristal. Cuando estén todas, añadir sobre ellas en alcohol, cerrar herméticamente y dejarlas macerar, unos veinte días. Cada dos días o tres, dar la vuelta al frasco, de arriba abajo.
A los veinte días, colar con una manga fina, para quitar las impurezas y ya podemos usarlo con total garantía.
El alcohol así preparado dura muchos meses, cuidando siempre que esté bien cerrado para que no se evapore su concentración.