En el piso de Bejar, Madrid, vivimos muchas, muchas cosas. Quizás todas las más felices y quizás también las más cargadas de dolor.
Me quedo con la hermoso. Con el cariño. Con la felicidad. Con las sonrisas. Con la cantidad ingente de amor, que fabricamos entre todos.
Esta foto y alguna más parecida, se hicieron con Moris vestido de ropa nueva que le había comprado, antes de irse. Las camisas las tuvo colgadas al sol y mojadaas de agua, varios días, para que fueran «más de su estilo» 😉 Salva tiene puestos dos relojes. Belén tiene la parte de abajo del pijama, Miri con esa moda de «pelo a tazón» tan popular en nuestra casa y Anyel feliz, sin más.