Estoy justo en ese instante de vida, en que la felicidad de los demás la siento con la misma intensidad que la propia.
Es un estado especial.
Siento que tengo miles de manos… millones de corazones que laten fusionados con el mío.
Nunca me había sentido tan grande.
8 Comments
Es tan maravilloso sentirse amado, querido… Saber que acarician tu corazón simplemente por darte amor…
Recibes lo que das, y tú eres un ángel…
Un abracito!!!
extrañaba leerte, uno tu blog esta calido y transmite paz y armonia, hermoso post y q alegria leerte de nuevo, abrazos querida celeste
Veis como tengo razón…
os abrazo.
Ay, qué hermoso venir a verte.
Eso está muy bien. Me alegro.
Saludos, Celeste.
Si que lo es, Celeste, es grandioso compartir 🙂
un beso
Celeste me encanto lo que escribiste solo cuando uno ama al projimo verdaderamente siente la felicidad ajena como suya eso engrandece al amor porque el amor es la fuerza que Dios deposita en el corazón de todos los seres humanos, a cada uno corresponde decidir vivir como un paladín o un cobarde, como un conquistador o un conformista, como un ser excelente o un mediocre, como un ser lleno de luz o quien permanece por siempre en la oscuridad, el amor hace nacer la fuerza para atrevernos a ser auténticos colaboradores en la grandeza de la creación.
qué sensación tan bonita y tan gratificante… aprovechala, corre, atrapala fuertemente y que no se te escape.
muak y suma este abrazo.