Hay lugares, por los que han pasado tantas historias, que ahora cuando te acercas a ellos, sientes que te conectas con las raíces de la vida.
Aún se sientan en su puerta los vecinos, llenos de años y recuerdos. Al sol, junto al riachuelo que movía las ruedas de moler, comentan entre ellos el paso de la vida que han visto transcurrir.