No sabía cómo se podría poner un bebé de grave si tenía mononucleosis. Pero me enteré. Miri con algo menos de dos años, la tuvo. Durante seis meses se debatió entre la vida y la muerte, atacada por un maldito virus, que no tenía medicación posible. Sólo su propia resistencia. Fiebres muy altas, vómitos que la impedían mantener los alimentos, ingresos continuos en el Niño Jesús para que la pusieran suero.
¡Fue tan difícil! Ella y yo, peleamos por amor a la vida, contra algo que se la quería arrebatar. Y ganamos. Creo que su mano y la mía, estarán siempre unidas, como aquellos meses tan largos.
¡En casa, sus hermanos seguían tan lindos, eran unos niños tan bonitos! ¡Tan inocentes y bellos!